Nutrición Evolutiva
Uno de los ejemplos más claros es el de la tolerancia a la lactosa de adulto, ya que los mamíferos a partir de cierta edad dependiendo de cada especie, perdemos la capacidad de digerir la lactosa porque dejamos de producir la enzima lactasa en nuestro cuerpo. Hay una parte de la población humana que de adulto sigue produciendo esta enzima y siguen tolerando la lactosa. En los últimos 8.000 años a día de hoy un 65% de la población mundial es capaz de digerir dicha lactosa, un cambio muy grande en este tiempo; aun así, como hemos dicho antes, seguimos en una especie de desajuste ya que no todos nos hemos adaptado a la lactosa (la cual puede producir problemas gastrointestinales). Esto tampoco significa que todas las personas que forman parte de este 65% se hayan adaptado a cualquier tipo de alimento lácteo. En resumen se puede decir que por ahora no habido suficiente tiempo como para haberse adaptado completamente a alimentos como lo son los cereales, leche, azúcares refinados, etc. Los aceites vegetales refinados aparecieron hace aproximadamente 200 años con la revolución industrial y junto con los azúcares y harinas son uno de los alimentos de los cuales llevamos haciendo uso menos tiempo (incluso menos que los cereales), por lo tanto, nuestra capacidad para adaptarnos a ellos es menos segura y se estudia su relación con enfermedades del sistema inmunológico, degeneración, inflamación, etc.
Podríamos decir teniendo en cuenta a toda la población mundial y todas la etnias, que la dieta ideal para todos sería una dieta que tuvieron nuestros ancestros comunes a todos nosotros antes de partir de África, dado nuestro origen de esta etnia hace aproximadamente unos 200.000 años. Estos ancestros tuvieron una dieta muy similar durante unos 2 millones de años. No consumían ni podían producir ningún tipo de alimento procesado ni refinado, al igual que no ingerían leche, cereales ni legumbres. Se limitaban a la ingesta de alimentos animales frescos, carne magra, pescados, vegetales, tubérculos, frutas, frutos secos y huevo. Por ello, ahí está el grueso de la alimentación que se tuvo durante las primeras fases de la evolución. Una alimentación más segura que proviene hace millones de años ya que desafortunadamente por el momento no podemos saber todavía ni tenemos las herramientas para averiguar quienes estamos adaptados o no a otros tipos de alimentos que no sean a los de nuestros ancestros.
Fdo: Joan Martínez Ortí, fisioterapeuta de Fisioterapia Marítim Lirios Dueñas
Joan Martinez